Según el último relevamiento de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) -un indicador con décadas de vigencia que ningún analista desprecia como insumo- cayó un 4,6% en junio respecto de mayo, ubicándose en 2,34 puntos sobre 5, su nivel más bajo desde abril. La caída es preocupante no solo por el retroceso mensual, sino porque marca una tendencia descendente persistente desde diciembre de 2024.
El informe, elaborado entre el 2 y el 12 de junio sobre una muestra nacional, confirma que la confianza en la gestión de Javier Milei se deteriora en todos los frentes. Los cinco componentes del ICG registraron caídas, pero el más grave fue en la Preocupación por el interés general, que se desplomó 10% en apenas un mes, quedando en apenas 1,80 puntos.
Un desgaste acelerado para el Gobierno de Milei
Desde su pico inicial tras asumir en diciembre de 2023, Milei viene experimentando un desgaste acelerado. Si bien la confianza promedio durante sus primeros 18 meses de gestión (2,50 puntos) se mantiene levemente por encima del primer año y medio de Alberto Fernández (2,21 puntos) y en línea con Mauricio Macri (2,61 puntos), la tendencia bajista de los últimos meses empieza a mostrar fisuras en su base social.
Especialmente llamativa es la caída entre los jóvenes de 18 a 29 años, uno de los segmentos que mejor había respondido a Milei en sus primeros meses. En junio, este grupo mostró una baja del 9,2%, con una confianza de 2,76 puntos. Algo similar ocurre en el interior del país, donde, aunque sigue liderando con 2,49 puntos, también cayó un 5%.
Un escenario incómodo en plena campaña
La caída del ICG se da en un momento político delicado. Milei ya comenzó a mover piezas en la provincia de Buenos Aires, donde busca armar un espacio competitivo de cara a las elecciones de 2025. La fragilidad de su imagen puede convertirse en un obstáculo serio para el oficialismo en el mayor distrito electoral del país.

Además del derrumbe en interés general, otros indicadores del ICG también bajaron:
- Capacidad para resolver los problemas del país: -4,3%
- Eficiencia en la administración del gasto público: -4,3%
- Evaluación general del gobierno: -5,0%
- Honestidad de los funcionarios: -0,7%
Por primera vez en meses, también cayó la confianza entre quienes tienen estudios universitarios (-10,4%), otro termómetro del malestar creciente.
Segmentación
Tal como viene ocurriendo mes a mes, en mayo el índice de confianza fue mayor entre los hombres (2,56 puntos, con una disminución del 5,5%) que entre las mujeres (2,12 puntos, con una variación negativa del 1,9%)
También se mantiene la tendencia en la segmentación por edad. El ICG es mayor entre jóvenes de entre 18 a 29 años (2,76 puntos, con una caída del 9,2%), que en los segmentos conformados por personas mayores de 50 años (2,31 puntos, con una disminución del 6,1%) y de entre 30 y 49 años (2,25 puntos, con una variación negativa del 0,9%).
Milei mantiene siempre una mejor valoración entre quienes viven en el interior del país (2,49 puntos, con una disminución del 5,0%). Luego se ubican, casi en el mismo nivel, quienes residen en GBA (2,11 puntos, con una caída del 4,5%) y, quienes residen en CABA (2,10 puntos, con una variación negativa del 0,5%).
La Universidad Di Tella discrimina los datos además por el nivel educativo de los consultados. A diferencia de lo ocurrido en los últimos meses, el valor del ICG de junio fue mayor entre quienes alcanzaron hasta la educación secundaria (2,45 puntos, con un aumento del 3,8%). Les siguen quienes alcanzaron hasta la educación terciaria y/o universitaria (2,33 puntos, con una disminución del 10,4%). Por último, se ubican quienes alcanzaron hasta la educación primaria (2,00 puntos, con un aumento significativo del 17,0%).
Una advertencia estadística
Aunque el nivel de confianza actual aún supera en 2,6% al de junio de 2017 (durante el gobierno de Macri) y es 37,1% mayor que en junio de 2021 (gestión Fernández), la velocidad de deterioro preocupa. Si la tendencia se mantiene, Milei podría enfrentar en los próximos meses el piso de su gestión antes de llegar a su segundo año de mandato.
La combinación de indicadores económicos, malestar social y contradicciones discursivas empieza a reflejarse con fuerza en los índices de opinión pública. Y eso, en un año electoral clave para definir el control político de la Provincia de Buenos Aires, no es un dato menor.