El episodio pone de relieve una presunta violación de las normativas que regulan la actividad policial. Además demuestra la creciente politización de algunos sectores de la Bonaerense, especialmente vinculados con el ascenso de los sectores libertarios.
Las investigaciones internas, llevadas a cabo por la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI), detectaron actividades incompatibles con el ejercicio de la función pública, en particular tareas proselitistas realizadas desde oficinas oficiales.
En una serie de operativos sorpresivos llevados a cabo en distintas dependencias —similares en modalidad a allanamientos judiciales— se habrían hallado documentos, materiales de campaña, computadoras con fondos de pantalla vinculados a Javier Milei, y otros elementos gráficos que conectan a los uniformados con la campaña libertaria.
Bondarenko, el ex comisario que incomoda al oficialismo
El protagonista indirecto de esta historia es Maximiliano Bondarenko, quien hasta hace pocos años formaba parte activa de la Bonaerense y ahora intenta ganar un escaño como legislador provincial.
Su candidatura emergió como una sorpresa dentro del armado electoral de La Libertad Avanza y el PRO, y fue interpretada por muchos como una jugada estratégica para disputar el dominio histórico del peronismo en el sur del Conurbano.
La Tercera Sección —que abarca 19 distritos populosos como La Matanza, Quilmes, Lomas de Zamora y Avellaneda— representa un bastión clave para el oficialismo provincial. El desembarco de un ex policía en la escena electoral, con apoyo interno desde la propia estructura de seguridad, encendió alarmas en el gobierno provincial.
Una línea interna que desborda la ley
El Ministerio de Seguridad informó que los agentes desafectados podrían haber incurrido en infracciones al Decreto Ley 9550, que en su artículo 58 prohíbe expresamente la participación de personal policial activo en actividades partidarias o electorales. Esta norma busca preservar la neutralidad política de la fuerza y evitar la utilización de recursos estatales en campañas proselitistas.
Según se pudo saber, los oficiales investigados no solo apoyaban a Bondarenko sino que, además, redactaban un plan de reforma integral de la Policía, en el cual se ubicaban a sí mismos en cargos de alto rango.
También habrían trabajado en borradores de proyectos legislativos sobre seguridad que, se presume, serían presentados por el candidato libertario una vez asumido su mandato.
Reformismo policial y señales de conspiración
Desde el oficialismo bonaerense se interpretó este accionar como una maniobra organizada de tipo conspirativa, que utilizó la estructura estatal para impulsar una plataforma política con pretensiones de ocupar cargos clave en la futura conducción policial.
No se trata solo de una violación administrativa sino de un intento por condicionar el futuro diseño institucional de la seguridad en la provincia.
Las actuaciones administrativas fueron remitidas a la Justicia Penal para que se determine si hay delito penal detrás del accionar de estos oficiales. En paralelo, se los mantiene en disponibilidad preventiva, y se evalúan sanciones más severas.
Magario vs Bondarenko: una pulseada que ya empezó
La candidatura de Bondarenko genera tensiones no solo en la Bonaerense, sino también en la política provincial. Competirá en las urnas directamente contra la actual vicegobernadora Verónica Magario, quien liderará la lista de Fuerza Patria en esa misma sección. Su postulación llegó tras una disputa interna entre Kicillof y el kirchnerismo, que proponía a Mayra Mendoza para ese lugar.
El trasfondo de esta puja electoral se mezcla con una discusión más profunda sobre el papel de las fuerzas de seguridad en el escenario político bonaerense, y la posibilidad de que sectores retirados —pero aún influyentes— actúen como operadores internos de proyectos opositores.
Ver: