La recesión es un hecho y cada vez más argentinos pierden el trabajo y caen en la pobreza. A consecuencia de la descomunal baja de ventas, cerraron las sucursales del supermercado Vea (propiedad de la chilena Cencosud), en Castelar y Moreno y 80 trabajadores quedaron sin trabajo, en tanto otros empleados fueron reubicados en otras dependencias de la empresa. La decisión de los inversores fue concreta: la ecuación de tener las puertas abiertas no redituaba por la estrepitosa caída de consumo.
“Estimados clientes: les informamos que esta sucursal cerró sus puertas. Agradecemos su preferencia durante estos años”. El cartel puede leerse en el ingreso a lo que fue hasta el lunes pasado una de las opciones de compra para la vecindad de Castelar, que se sumó a la sucursal que también cerró en Moreno, dejando a 80 empleados sin trabajo, de los cuales una parte cobró la indemnización completa y otra parte aceptó seguir trabajando en el grupo empresario, que los reubicará.
La empresa propietaria del VEA es Cencosud, un grupo de inversores de distintos orígenes que administra también otras compañías del rubro. Según el reflejo de los delegados sindicales, la baja de ventas promedia el 30% en relación al año pasado, cuando también habían experimentado una baja. Otro argumento usado por la firma es el incremento en el costo de los alquileres: ese fue el motivo por el que cerraron en Moreno.
No es el único comercio en problemas: hay otras empresas que tienen todo listo para bajar sus persianas y un clima de tensión en el horizonte complejo de prever en qué terminará. Esto mucho más allá del escenario electoral y de la “lluvia de inversiones” que pronostica el Gobierno de Javier Milei: la realidad en la calle es muy distinta.