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El folclore está de luto: Falleció el cantante de las simples cosas

Fue uno de los últimos grandes artistas del folclore nacional. A sus 82 años, y como consecuencia de un problema cardíaco, falleció el gran compositor y cantante salteño César Isella, creador de clásicos como «Canción con todos» y «Canción de las simples cosas», y quien a lo largo de su trayectoria integró el legendario grupo “Los Fronterizos”.

Sin dudas es un día triste para la cultura nacional.

El artista nació en Salta el 20 de octubre de 1938, e inició su carrera a los 12 años. A sus 17 años, integró el grupo Los Sin Nombre, junto a Tomás Tutú Campos, Javier E. Pantaleón, Luis Gualter Menú y el japonés Higa. Los dos primeros terminarían formando Los Cantores del Alba y el tercero, Los de Salta. Con aquella primera formación llegó a actuar junto a Ariel Ramírez en el Hotel Salta.

Pero hacia 1956 se incorporó a Los Fronterizos en reemplazo de Carlos Barbarán para completar la formación fundada en 1953 por Gerardo López, junto a Eduardo Madeo y Juan Carlos Moreno, y que con esta alineación donde Isella asomó, además, como compositor, alcanzaría su máxima popularidad.

Con Los Fronterizos, en 1964, participó en la histórica grabación original de la “Misa criolla”, de Ariel Ramírez, considerada la obra suprema de la música argentina.

Canción de las simples cosas

Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas
Lo mismo que un árbol
Que en tiempo de otoño se queda sin hojas
Al fin, la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas
Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón
Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida
Y entonces, comprende
Cómo están de ausentes las cosas queridas
Por eso, muchacho, no partas ahora soñando el regreso
Que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo
Demorate aquí
En la luz mayor de este mediodía
Donde…
(Armando Tejada Gómez/césar Isella)
Hacia 1998 y en una entrevista con Télam, el artista recordó que «entre los `Fronte` y los `Chalcha` siempre existió esa especie de Boca-River, pero no era tan así: éramos amigos y creo que marcamos un momento dentro del canto popular».

«Cómo sería la amistad entre nosotros -prosiguió entonces entre risas- que mucha gente nos presentaba como ‘los Chalcharizos` y `Los Fronteleros`».

Tras su paso por Los Fronterizos, Isella adhirió al Nuevo Cancionero, el movimiento que auspició Armando Tejada Gómez desde Mendoza, y del que participó una joven Mercedes Sosa.

En yunta con Armando Tejada Gómez forjó una dupla compositiva excepcional en la que destacan los clásicos «Canción de las simples cosas» y «Canción con todos», piezas que trascendieron largamente las fronteras y que sirvieron de guía para otras experiencias de la canción comprometida con su tiempo.

En 1970 presentó junto a Tejada Gómez y Los Trovadores, el espectáculo “América joven” y en 1974 obtuvo el Premio Martín Fierro por su programa radial «Argentina canta así», que condujo por Radio Continental de Buenos Aires.

El golpe cívico militar de marzo de 1976 lo obligó al exilio y recién pudo regresar a la Argentina con un recital que encabezó el 29 de octubre de 1983 en el estadio Obras.

Por esa época se sumó a otros conciertos de alto impacto como el que compartió con Horacio Guarany en el Luna Park, su paso por el Festival de Cosquín de 1984 y su presencia como invitado en los multitudinarios shows de los trovadores cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, también en Obras.

Ya en los años 90 dirigió tres años seguidos la Peña Oficial del Festival de Cosquín, que incorporó a artistas jóvenes y nuevas corrientes estéticas y sonoras, entre ellas, las que encarnaba la niña Soledad Pastorutti.

Isella vio en aquella magnética figura la posibilidad de impulsarla y la oriunda de Arequito dio sus primeros grandes pasos en el folclore de su mano, pero el vínculo acabó en malos términos que inclusive llegaron a la instancia judicial.

También por entonces propuso el encuentro «Los hijos y los pájaros», en el que participaron Yamila Cafrune, Facundo Saravia, Los Díaz Pasan Volando, Facundo Ramírez, Juan José Falú, Irupé Tarragó Ros y Camilo Parodi, que pasó por los escenarios del Teatro Ópera y el Luna Park.

En aquellos años y entre los escenarios y la gestión, el creador se desempeñó como director general del Teatro General San Martín, y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic).

El 25 de septiembre de 2012, Isella fue nombrado Embajador de la Música Popular Latinoamericana (con rango y jerarquía de Subsecretario), por la Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación, pero por entonces su salud empezó a resquebrajarse.

De hecho, en 2020 cursó tres internaciones debido a una cardiopatía severa que surgió de la quimioterapia a la que fue sometido ocho años antes.

Sin embargo, a finales de 2020 presentó «Autor», un documental sonoro para plataformas digitales en el que relata sus composiciones más emblemáticas.

Por esa memoria discurren sus encuentros y creaciones junto a Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Pablo Neruda, Silvio Rodríguez, Armando Tejada Gómez, Víctor Jara y Julio Cortázar, entre más.

«Lo mejor que los autores populares podemos dejarle a las generaciones jóvenes que vienen con mucha fuerza y empuje, son las obras, esas que ya cuando salen desde tus adentros, ya no te pertenecen más y pasan a la memoria del pueblo», le dijo a Télam sabiendo que había cumplido ese cometido.

 

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