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Por Maximiliano Borches. Sin agenda política propia, cargando con las derrotas hasta ahora experimentadas en sus intentos de campaña anti-vacunas (primero) y gritando por mayor cantidad de las mismas (después, haciendo que desconocen que casi la totalidad de los países del mundo sufren carencias de dosis), el tándem macrista/radical/lilito/libertario/izquierdo-progresismo, hace rato apunta sus cañones contra el gobierno peronista de Gildo Insfrán. El delicado límite entre preservar la salud pública, evitar nuevos contagios en medios de una pandemia devastadora, y mantener la rueda de la economía –más aún en los comercios- desató tensiones en Formosa, que rápidamente pasaron a ser encabezadas por una oposición impiadosa y profundamente belicista, a la que no le tiembla el pulso de tirar bolsas mortuorias con nombres de dirigentes políticos peronistas y de DDHH, frente a la Casa Rosada. Otro intento por desgastar al presidente Alberto Fernández, en el que algunos repetidores de consignas amorosas del propio oficialismo, caen en la trampa de apoyar.
La hipocresía que es capaz de sonrojar a la propia hipocresía. Eso, claramente, representa la actual presidente del PRO, y exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que luego de ordenar a las fuerzas de seguridad durante el olvidable mandato macrista/radical/lilito, disparar sin dar la voz de alto, y es responsable directa por las muertes de los jóvenes Santiago Maldona y Rafael Nahuel, vocifera frente a las cámaras de TN, LN + y otros medios presentes, la palabra derechos humanos, a la que tanto daño hizo y hace.
Por supuesto que Bullrich no fue sola. Viajó en avión (que no se sabe quién lo pago), junto a los diputados Waldo Wolf (exvicepresidente de la DAIA, a quien nunca se lo escuchó hablar de Formosa, hasta ahora), y el radical formoseño –eterno candidato a gobernador por esa provincia- expresidente de la Confederación de Sociedades Rurales de Chaco y Formosa, Ricardo Buryaile, quien en 2019, fue imputado en una causa judicial por la compra de votos por parte de Cambiemos la justicia imputó penalmente a Dante Sica y otros funcionarios del macrismo por el subsidio de 5000 pesos a desocupados con fines clientelares. La jueza María Servini había dictado una medida cautelar que impedía su reparto hasta después de los comicios. Más de la mitad de los fiscales electorales de Juntos por el Cambio en Formosa cobraron el subsidio. La maniobra se realizaba mediante la compra de votos por medio de punteros. Según la investigación judicial el 54 por ciento del total de las mesas que tenía fiscales de Juntos por el Cambio habían sido beneficiarios del bono. También fue imputado el concejal municipal de Formosa por el PRO Miguel Montoya, quien junto al propio Ricardo Buryaile fueron señalados como «gestores de la compra de votos”.
Lo cierto es que la pandemia recrudeció en Formosa, una provincia que al cierre de esta nota se registraron 20 muertos (en CABA se registran 9.027 fallecidos y parecería que no pasó nada). En este marco, el gobierno provincial encabezado por el dirigente peronista Gildo Insfrán, decidió la vuelta a Fase 1, solo en la ciudad Capital, con la única finalidad de que no se propaguen los contagios, en un territorio donde las fronteras más cercanas rebalsan de casos positivos de Covid-19. Una vez tomada esta decisión, un minúsculo grupo de comerciantes capitalinos salieron a las calles con su (también) justo reclamo de que no cierren sus comercios. Inmediatamente los medios masivos de comunicación porteños enviaron equipos completos para amplificar las demandas de esos grupos de comerciantes. Los dirigentes PRO/radicales llegaron a la provincia a hablar de “libertad” y “Derechos Humanos”. Intentos de tomar el Palacio de Gobierno local, por parte de militantes macristas/radicales disfrazados de “comerciantes” genero una respuesta por parte de las fuerzas de Seguridad provinciales.
El objetivo final de esta “Operación Formosa”: desgastar la figura del presidente Alberto Fernández, y su gestión de gobierno, en un año electoral.
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Rebrote de coronavirus y tensión: Formosa Capital vuelve al ASPO
