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Nunca Más

Por Maximiliano Borches. A 46 años de la gestación del último golpe cívico-militar, las heridas continúan abiertas. La masacre planificada tuvo como objetivo imponer un modelo económico de exclusión que prácticamente desmanteló el entramado productivo nacional, e intentó destruir los derechos conquistados por los trabajadores durante los gobiernos que encabezó Juan Domingo Perón. Desde el 2018, Argentina se encuentra nuevamente bajo la sumisión política, económica y soberana que impone el FMI, resignificando una vez más el trágico destino de semicolonia económica impuesto desde 1955 en adelante. Urge la unidad sin mezquindades ni cartas de egolatría, del campo nacional y popular, para retomar la senda de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.

Este 24 de marzo de 2022, los argentinos volvemos a marchar a Plaza de Mayo luego de dos años de angustiante pandemia, que se cobró la vida de más de 117 mil compatriotas. Movilizarse junto a nuestras Madres y Abuelas, siempre es especial y nos recuerda que la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia, como así también el recuerdo inolvidable de los 30.000 detenidos-desaparecidos, continúa siendo la mayor conquista colectiva desde la recuperación –para siempre- de la democracia en 1983.

La memoria, atributo por momentos escaso en nuestro pueblo y nuestra historia, logró en este caso prevalecer ante operaciones y ataques de todo tipo, y prácticamente nadie en nuestra sociedad sostiene hoy, la posibilidad de que se consuma otro golpe de Estado cívico-militar, como los ocurridos en nuestro país durante el pasado siglo XX.

Sin embargo, el aquelarre de verdugos y genocidas desatado ese 24 de marzo de 1976, logró imponer el neoliberalismo en Argentina, y hoy, un sector importante de la sociedad lo respalda con su voto, a pesar de sufrir sus consecuencias.

A lo largo de la recuperación para siempre de nuestra democracia, se fueron sucediendo una serie de peleas no solo por mantener viva la memoria, también contra la impunidad de las leyes alfonsinistas de Obediencia Debida y Punto Final, y contra los indultos a genocidas por parte del gobierno que encabezó Carlos Menem. Todas ellas fueron derrotadas por el colectivo de organismos de Derechos Humanos, movimientos políticos, sindicales y sociales, y tuvieron su paroxismo con la llegada al gobierno de Néstor Kirchner, quien puso final a la impunidad, como así también a la sumisión que imponía el Fondo Monetario Internacional.

Desde entonces y hasta el 2018, año en que el expresidente Mauricio Macri reinstaló al FMI en la vida nacional como verdadera tragedia, la Argentina transitó años de una cierta independencia económica.

Hoy, el escenario es otro, sin embargo cada vez parece repetirse más al planteado en 2015, cuando sectores del entonces oficialismo torpedearon la candidatura de Daniel Scioli, abonando por torpeza política, falta de estrategia colectiva o simplemente la preservación de egos, la victoria de la alianza Cambiemos y su consecuencia directa: el nuevo desguace que vivió la Argentina con la gestión macrista/radical/lilito.

Nunca más golpes de Estado cívicos-militares.

Nunca más neoliberalismo en Argentina.

Un comentario

  1. Luis Fernando García Núñez

    Sí, Argentina es un pueblo valiente, aunque no faltan los que creen en personajes nefastos como Mauricio Macri. Sucede en toda la Patria Grande, todavía anestesiada en la época de la colonia, todavía alimentada en egos monstruosos y pervertidos que hay que denunciar ante los pueblos y el mundo entero. ¡Viva Argentina! ¡Vivan los argentinos!

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