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Más de 1.5 millones de niños en serio riesgo: la hambruna amenaza a Somalia

La escasez de lluvias, los altos precios de los alimentos y las enormes carencias económicas dejan a casi el 40% de los somalíes al borde de la hambruna. De los 1500 millones de dólares presupuestados en respuesta humanitaria por la ONU para 2022 sólo se han recibido un 4,4%. El último periodo de hambruna en la nación africana se vivió en 2011 y fallecieron unas 250.000 personas.

Somalia, uno de los países más pobres del planeta, está al borde de la hambruna alertó este lunes el jefe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Martin Griffiths, quien advirtió desde Mogadiscio que se trata de un «último aviso” antes de que se produzca una catástrofe en este estado del Cuerno de África golpeado por una sequía histórica.

«La hambruna llama a la puerta. Hoy hay un último aviso», lanzó Griffiths. Los últimos datos «muestran indicaciones concretas de que se alcanzará una hambruna entre octubre y diciembre de este año» en dos distritos del sur del país, Baidoa y Buurhakaba, señaló. El funcionario se mostró «profundamente conmocionado por el nivel de dolor y sufrimiento que tantos somalíes soportan».

La única forma de revertir la hambruna inminente, que podría azotar a un millón y medio de niños, es que se destinen más recursos a las operaciones humanitarias destinadas a salvar vidas en Somalia, dijo Griffiths. El jefe de OCHA dijo consternado que visitó un campamento de desplazados en Baidoa donde pudo ver «hambre extrema”. «Estuvimos en un hospital donde había niños en tal estado de desnutrición que apenas conseguían hablar”, afirmó.

En Banadir, en tanto, vio el esfuerzo del personal médico para salvar la vida de niños esqueléticos que esperaban ser tratados y cuyo número ha aumentado en un 50 por ciento en cuestión de semanas. «La situación y lo que vemos que sucederá es parecido a lo que vimos en (la hambruna de) 2010-2011, excepto que ahora es peor», señaló Griffiths. En esa ocasión, 260.000 personas murieron de hambre, la mitad de ellas niños menores de seis años.

La ausencia de lluvias durante cuatro años consecutivos, décadas de conflictos internos, desplazamiento masivo y dificultades económicas «están empujando a mucha gente al abismo del hambre», agregó Griffiths. «Nuestros peores temores para Somalia ahora son una realidad: la hambruna es inminente si los fondos no llegan de inmediato», dijo el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, en Twitter: «El mundo DEBE actuar ahora», añadió.

La sequía diezmó los rebaños, cruciales para la supervivencia de una población mayoritariamente dedicada al ganado, y los cultivos, que ya se vieron asolados por una invasión de langostas en el Cuerno de África entre finales de 2019 y 2021. Las consecuencias de la pandemia de coronavirus (confinamiento, comercio limitado…) volvieron más precaria todavía la vida de muchos somalíes. Y por si fuera poco, la guerra en Ucrania afectó el suministro de granos, del que Somalia depende en un 90 por ciento de ambos países en conflicto.

Frente a la multiplicación de urgencias humanitarias (Yemen, Afganistán, Ucrania), los numerosos llamados lanzados por las ONG y las agencias de la ONU para evitar una tragedia han tenido escasa repercusión.

Con información de EFE, AFP y DW

 

 

 

 

 

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