Una decisión que no registra antecedentes en gobiernos democráticos. En medio de un giro autoritario por parte del Gobierno nacional que cada día enciende más alarmas, la hermana en jefe del Presidente, Karina Milei, los fotógrafos no podrán acceder al piso del recinto de la Cámara baja y a los acreditados de medios de comunicación se les quitarán los palcos que históricamente ocuparon en este tipo de sesiones.
En una decisión que no registra antecedentes en gobiernos democráticos y en medio del escándalo por la criptomoneda $LIBRA que impulsó el Presidente, el Poder Ejecutivo ordenó aplicar severas restricciones a la cobertura que los medios de comunicación podrán hacer en el Congreso el sábado próximo durante el discurso de Javier Milei ante la Asamblea Legislativa, previsto para las 21 horas.
La medida fue adoptada por la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y aceptada sin ofrecer resistencia por los titulares del Senado, Victoria Villarruel, y de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que tienen a su cargo la organización logística del tradicional discurso de apertura de las sesiones ordinarias ante los miembros del Congreso reunidos en Asamblea Legislativa.
Según las directivas impuestas de la Casa Rosada, por primera vez en la historia los reporteros gráficos no podrán acceder al recinto de la Cámara baja, y tendrán que limitarse a hacer tomas desde los palcos ubicados en las galerías. Al piso del hemiciclo ingresarán únicamente fotógrafos oficiales autorizados por Casa Rosada. En otro momento, se permitía el ingreso de hasta 28 reporteros que podían permanecer frente al estrado y en los pasillos hasta el ingreso del Presidente.
Además, los periodistas acreditados de manera permanente en ambas cámaras legislativas tendrán vedado el uso de los seis palcos que históricamente tienen asignados, ubicados en el primer piso del recinto de la Cámara baja, detrás del estrado de la presidencia del cuerpo. Esos lugares, diseñados con escritorios para favorecer el trabajo de los medios de comunicación, serán asignados a “invitados de la Presidencia “, informaron funcionarios parlamentarios a cargo del área de prensa.
Según la decisión adoptada por los presidentes de ambas cámaras, los periodistas serán ubicados en “dos palcos” de la primera galería del recinto que suelen ser asignados para las personas invitadas por el oficialismo. “Vamos a poner enchufes”, fue la promesa de una funcionaria de prensa de la Cámara baja. Manuel Adorni, vocero presidencial, relativizó hoy el tema y dijo que “todavía no tenía más detalles” sobre cómo será la cobertura de prensa del 1° de marzo.
La polémica medida fue trasmitida como una decisión irrevocable ayer a la tarde en sendas reuniones con representantes del Círculo de Periodistas Parlamentarios (CPP) y la agremiación de reporteros gráficos (Argra).
La entidad que reúne a los periodistas acreditados en el Congreso prepara un pronunciamiento en el que “deplora y rechaza” la actitud de Villarruel y Menem, a quienes les pide que revisen una medida que califican de “inconsulta” y que establece una “traba innecesaria a la tarea de informar sobre uno de los acontecimientos más importantes del año legislativo”.
“Lo más lamentable es que las autoridades de ambas Cámaras hayan tomado esta medida sin ninguna necesidad, ya que la prensa acreditada ha ocupado esos palcos de manera histórica sin que se registrara un incidente que justifique una decisión de estas características”, sostiene el comunicado que el CPP entregará a las autoridades de ambas cámaras y a los jefes de todos los bloques políticos.
Las medidas restrictivas que se aplicarán a la actividad de la prensa se suman a la tensión previa que se registra de cara a la Asamblea Legislativa del sábado por el escándalo de la criptomoneda $LIBRA, que tiene al presidente Milei involucrado en la difusión del lanzamiento de un meme coin que habría derivado en una estafa con un perjuicio de varios millones de dólares.
Milei y su fascinación por mirarse en el espejo de Trump
Las limitaciones a la prensa para la cobertura de la Asamblea Legislativa del sábado próximo coinciden con un endurecimiento en su relación con los medios de comunicación del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Desde ayer, la administración de Trump decidirá qué periodistas y qué medios podrán hacerle preguntas al Presidente en el Salón Oval o a bordo del avión presidencial, una tarea que estaba en manos de una organización independiente de periodistas, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA, por sus siglas en inglés), que denunció una ofensiva contra la prensa independiente.
La medida se suma a otras decisiones que ha tomado el gobierno de Trump que comenzaron a retocar el vínculo con los medios, como darle más acceso a otras marcas y periodistas, incluidos podcasts, que no integran el tablero de medios tradicionales y, en general, son más afines al oficialismo. Algo similar a lo que sucede en la Casa Rosada con el acceso a despachos oficiales y a funcionarios de alto rango que tienen algunos tuiteros libertarios.